La copa de amatista
Ni tez de nácar, ni cabellos de oro
veréis ornar de galas mi figura;
ni la luz del zafir , celeste y pura,
veréis que en mis pupilas atesoro.
Con piel tostada de atezado moro ;
con ojos negros de fatal negrura,
del Ancón a la falda verde oscura
nací frente al Pacífico sonoro.
Soy un hijo del Mar…. Porque en mi alma
hay,--como sobre el mar,-- noches de calma,
indefinibles cóleras sin nombre
y un afán de luchar conmigo mismo ,
cuando en penas recónditas me abismo
pienso que soy un mar trocado en hombre!
1915.